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  EDITORIAL

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El almacén en la Empresa (3a parte)

Año 1 , Número 33

   
   

   
   

No un problema, sino la posibilidad de perfeccionar el proceso interno.

Todo gerente de almacén debe tomar en cuenta la siguiente premisa como una filosofía de vital importancia, tanto para el correcto desempeño de sus funciones, como para el trabajo eficiente del equipo de obreros con los que labora: "El almacén recibe productos, pero al mismo tiempo, información que debe tener perfectamente organizada, especificada, actualizada y ésta, debe ser exacta", de no ser así, el control del almacén generará serios problemas, que redundarán en un mal servicio, tanto a los clientes finales – externos – como a los clientes internos – los compañeros que laboran en la misma compañía, pero en diferentes áreas, producción, servicio a clientes, etc.


Por: Ing. Arturo Morán Barroso


(TERCERA PARTE)

INGRESOS EN SISTEMA

Antiguamente, un almacén podía ser dirigido sin mayor problema por medio de un libro de cuentas, en donde el responsable se encargaba de anotar las entradas y las salidas, los productos que caducaban o aquellos que durante la manipulación, llegaban a sufrir algún tipo de deterioro.

En el pasado, este tipo de control resultaba efectivo porque las empresas no necesitaban de grandes almacenes donde pudieran guardarse cantidades elevadas de productos; tal vez, en la actualidad este trabajo pueda seguir llevándose en pequeños establecimientos como tiendas de abarrotes o vinaterías, en donde la utilización de un Cárdex - hojas especialmente diseñadas para el control – es más que suficiente.

Pero en empresas más grandes, donde la cantidad de materia prima que se recibe o la cantidad de producto terminado que se debe tener en stock para cubrir las necesidades inmediatas de nuestros clientes, nos obligan a tener grandes cantidades de información por manipular – y de producto por desplazar – debemos contar con sistemas de computo.

Es por ello que los sistemas de cómputo se han especializado en el desarrollo de software que ayude a que estos procesos tengan una eficiencia mayor y se depuren aquellos puntos que motivan pérdidas económicas para la empresa.

En la actualidad, se cuenta con una gama interesante de sistemas que ofrecen diferentes compañías, por medio de los cuales, podemos tener un mayor control sobre nuestros insumos o nuestras materias primas.

Imaginemos nada más el siguiente ejemplo:

Un jefe de almacén de una empresa que se dedica al ramo alimenticio, tiene que recibir una cantidad aproximada de 200 ingredientes, para producir un producto final; a su vez, estos ingredientes los recibe de sus proveedores en diferentes días de un mismo mes, marcados con diferentes números de lotes, en diferentes cantidades y con desiguales fechas de caducidad.

Si el jefe de almacén no dispone de un sistema de cómputo confiable, al cual se pueda ingresar esta información para obtener de él, cuando se le solicite, los ingredientes más próximos a caducar, en la cantidad suficiente y de un mismo lote, el trabajo mental que deberá desarrollar para dar respuesta a las áreas de producción, le restará horas-hombre para estar al frente de las operaciones del almacén, dirigiendo a su personal y tomando decisiones de importancia, esto disminuirá su productividad y la del área bajo su cargo.

Pero si este jefe de almacén cuenta con un sistema de cómputo al cual pueda ingresar una solicitud específica de los productos que requiere, en la cantidades adecuadas y que éstos, sean los más próximos a caducar y a cambio, pueda obtener un listado de la información que requiere, la cantidad de horas-hombre que se tomaría para dar una respuesta rápida y eficiente, se disminuye de una serie de cálculos y estimaciones manuales que pueden tomar horas, a unos simples minutos - o segundos -, tiempo en que se elabora el requerimiento y se obtiene respuesta de la computadora.

Ver Primera Parte
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