Quien aprende calidad - pero la verdadera definición - y
decide adoptarla, descubre un mundo que está allí, pero que sólo es visible o
apreciable a los ojos del experto, ya que la calidad se encuentra al alcance de
nuestras manos, pero ¿cómo conseguir aquello para lo que no estamos
preparados?
El concepto de calidad es extremo y aplicarlo, significa
transformar nuestro entorno, entregando lo mejor de nosotros mismos, para que
aquello que nos rodea, sea tocado o se adhiera a este movimiento, a esta fuerza
descomunal, que es el deseo por implantar la perfección en nuestras vidas.
Calidad no es una aceptación o un consentimiento, calidad es
el perfecto compromiso en la búsqueda continua de la evolución y el desarrollo
- éstos últimos, ambos - infinitos, sin restricciones ni limitantes, a no ser
que éstos mismos puedan afectar el objetivo original.
La calidad requiere un compromiso vital y una vez que se
adquieren información y conocimiento al respecto, la percepción del mundo que
nos rodea asciende hacia escalones de conciencia superiores, ante nuestra propia
vista, atónita y recién educada.
Pero no debemos dejarnos engañar, el habitat de nuestra
existencia cambia - y se vuelve mejor o peor de acuerdo a las calificaciones que
le asignamos - pero este cambio obedece y es resultado de un proceso interno.
La calidad lo es todo: cada pensamiento que tenemos, cada
objeto que tocamos, cada sensación que percibimos, cada decisión que tomamos,
la persona que nos mira, el silencio que nos rodea.
Claro, no todo es lo correcto o lo adecuado y cuando
descubrimos ésto, es decir, que cualquier cosa se puede calificar en distintos
niveles de calidad, es cuando encontramos el objetivo de nuestros esfuerzos: Crear
Calidad al más alto nivel y en cada acción.
Quien desarrolla la calidad, la convierte en un instrumento
poderoso para dirigir su vida; así, en el trabajo, en el trato con la pareja,
en los encuentros familiares y en cada paso hacia la existencia, el concepto de
calidad puede ayudar al hombre a encontrar el reto continuo y la certeza de
llevar cada paso por el camino correcto.
¡Busca la calidad en tu propio interior y luego,
transfórmala en acciones y compártela!